jueves, 30 de abril de 2009

SALVACIÓN ¿POSIBLE O IMPOSIBLE?

Hola amigos

En nuestra vida es muy probable que nos encontremos con alguna persona que nos resulte particularmente insoportable. Ya sea por sus palabras, gestos, actitudes u otras cosas. Y decimos, explícitamente o en pensamiento, "esa persona nunca va a cambiar". Con esta frase lapidamos a tal persona.

Algo parecido sucedió en la historia de la mujer adúltera que los judíos trajeron delante de Jesús. Estos hombres, moralistas y justos a su propia vista, le dijeron a Jesús: "en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres: Tú, pues ¿qué dices? (Juan 8:5).

Jesús no cayó en su hipocresía moralista y respondió: "El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella" (Juan 8:7).

Todos se fueron y al final, mostrando su gran amor y misericordia, dijo a la mujer: "Ni yo te condeno; vete, y no peques más" (Juan 8:11)

Nosotros no somos nadie para condenar a otra persona. Ni con palabras ni con nuestros pensamientos. Dios quiere la salvación de todo hombre. Esta fue la razón por la cual murió Jesucristo, el justo, en la cruz. Esta salvación está disponible por la fe a todo aquel que se acerca a Dios en arrepentimiento. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna." (Juan 3:16)

Habrá personas que nos parecerá que nunca podrán ser salvos. Pero, Dios no piensa lo mismo. Él se conoce a sí mismo y sabe cuán grande es su amor, poder y misericordia. No hay una vida que Dios no pueda rescatarla.

Lucas 18:26-27
26
Los que lo oyeron preguntaron: --Entonces, ¿quién podrá salvarse?
27 --Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios --aclaró Jesús.
Dios quiere tu salvación, mi salvación y la de todos los hombres. ¿Compartimos este deseo con nuestro Señor?

Ezequiel 33:11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?
No lapidemos a nadie. Dios quiere y puede salvar aún a aquellos que, en nuestro razonamiento finito, ya no tienen esperanza. El sacrificio de Cristo en la cruz fue perfecto para lograrlo. Es una gracia que Dios quiere dar a los que se acercan a Él por fe.

Efesios 2:8-9
8
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios,
9 no por obras, para que nadie se jacte.
Un abrazo a todos.
Rubén.

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