Una de las principales causas de los accidentes de tránsito son las distracciones. Dejar de mirar por dónde se conduce, aunque sea muy brevemente, ha ocasionado muchas desgracias. Es preciso que el chofer esté alerta al camino.
De igual manera, la Palabra de Dios nos aconseja a no distraernos, y por el contrario nos insta a estar atentos.
1 Corintios 16:13 Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes.
¿Por qué? Porque tenemos un adversario que buscará todas las formas para que cada cristiano no alcance los propósitos que Dios tiene para su vida. Se esforzará en lograr que el hijo de Dios no tenga una buena relación con su Padre y que no sea de bendición para otras vidas. Debemos estar atentos a no caer en sus mentiras, las cuales pueden ser muy sutiles. ¿Cómo reconocerlas? Conociendo la verdad, esto es, la Palabra de Dios.
1 Pedro 5:8 Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar.
Debemos estar atentos también en no acomodarnos al pensamiento y forma de vida de esta sociedad llena de maldad. Este mundo está en total contraposición a lo establecido por el Señor. ¿Estamos pensando y actuando conforme a la voluntad de Dios? En su Palabra Él nos mostrará nuestra real condición.
Romanos 12:2 No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
1 Juan 2:15 No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre.
1 Juan 2:16 Porque nada de lo que hay en el mundo --los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida-- proviene del Padre sino del mundo.
Tampoco debemos olvidar que la vieja naturaleza pecaminosa luchará para dominarnos. Si cedemos a sus deseos terminaremos ofendiendo a Aquel que dio todo por amor a nosotros. Si somos de Cristo hemos muerto a esa naturaleza pecaminosa, no tenemos por qué obedecerla.
1 Pedro 2:11 Amados, yo os ruego como á extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma.
En estas luchas no podemos solos. La vida cristiana es victoriosa cuando la vivimos en total dependencia de Cristo, en amor y obediencia a su Palabra.
Juan 15:4 Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes. Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a mí.
Juan 14:23 Le contestó Jesús: --El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él.
Ni el diablo, ni el mundo ni la carne pueden vencer a un hijo de Dios ha depositado su seguridad en el amor, poder y bondad de su Padre. Por tanto, es preciso que comprendamos lo vano que es confiar en nuestras propias fuerzas o habilidades para esta lucha.
Santiago 4:7 Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.
Juan 16:33 Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
1 Pedro 4:1-2
1 Por tanto, ya que Cristo sufrió en el cuerpo, asuman también ustedes la misma actitud; porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado
2 para vivir el resto de su vida terrenal no satisfaciendo sus pasiones humanas sino cumpliendo la voluntad de Dios.
No seamos como el chofer distraído. Fijemos nuestra mirada en Cristo, para que su victoria sea nuestra victoria. Dejemos atrás lo vano y caminemos cada día con Dios en Cristo.
Hebreos 12:2 Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Mateo 24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.
Un abrazo a todos.
Rubén
No hay comentarios.:
Publicar un comentario