Hola amigos
Todos los que nos consideramos cristianos hemos escuchado alguna vez la palabra arrepentimiento. Pero, ¿cómo la entendemos? El diccionario la define como 'pesar de haber hecho algo'. Esta definición se queda corta cuando vemos el uso que la Biblia le da a esta palabra. Veamos algunas consideraciones:
En primer lugar, ¿de qué nos vamos a arrepentir? De quebrantar los mandatos de Dios, es decir del pecado. Tal vez intentemos justificarnos comparándonos con los demás, pero ante la santidad de Dios no existe ningún argumento válido.
1 Juan 1:10 Si decimos que no hemos cometido pecado, hacemos que Dios parezca mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra.
Debemos entender también que al transgredir sus mandatos le ofendemos. Cuando pecamos ponemos nuestro criterio o voluntad por encima de la sabiduría, la bondad, la justicia y el amor de Dios. Con nuestro mal proceder estamos denigrando la imagen de Dios en nuestra vida.
Salmos 51:4 Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos...
Después, el arrepentimiento implica el darnos cuenta de nuestra miseria espiritual delante de Dios. El hijo pródigo cuando se encontraba cuidando cerdos, luego de malgastar su herencia, tomó conciencia de su estado miserable.
Lucas 15:17 Al fin se puso a pensar: ¡Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre!
El arrepentido, entonces, decide volver a la casa de su Padre. Así, cuando entendemos nuestra estado espiritual lamentable, Dios se convierte en nuestra única esperanza.
Lucas 15:18-19
18 Regresaré a casa de mi padre, y le diré: Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti;
19 ya no merezco llamarme tu hijo; trátame como a uno de tus trabajadores.
Entonces el arrepentimiento, que empieza con una decisión se traduce en una acción. No es sólo lamentarse por el mal. Es acercarse a Dios en humildad con la determinación de no ofenderle nuevamente para luego efectivamente corregir este mal proceder.
Proverbios 28:13 Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.
Por eso, no podemos decir que nos hemos arrepentido si nuestra conducta no ha cambiado. Lo único que hacemos de esta manera es engañarnos a nosotros mismos, pues a Dios jamás le engañaremos.
1 Juan 1:6 Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad.
Pero, déjame decirte que si Cristo no habita y reina en tu vida, jamás podrás dejar de pecar y seguirás ofendiendo a Dios vez tras vez. Tú sólo no puedes corregir tu vida ante Dios. Necesitas la ayuda de Jesucristo, pues Él en la cruz hizo lo imposible para ti: consiguió reconciliarte con Dios el Padre. Confiesa tu pecado a Dios y reconoce a Jesús como tu salvador para recibir el perdón eterno.
Juan 3:16 Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Jesús, según su promesa, te perdonará y enviará a su Santo Espíritu para darte una nueva vida, espiritual. Es en este nuevo ser que eres en Cristo que podrás apartar el pecado de tu vida y tu comunión con Dios el Padre será cada vez más perfecta.
2 Corintios 5:17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!
Si eres verdadero cristiano quiere decir que alguna vez te arrepentiste y decidiste dejar completamente la vida de pecado y enemistad con Dios, para vivir otra completamente diferente junto a Él. Esta vida es posible para cada hijo de Dios, en Cristo. Recuerda que eres un nuevo ser en Él, creado conforme a su imagen. El pecado ya no tiene poder sobre ti. Puedes vivir para dar alegría al corazón de tu Padre Dios, del mismo modo que lo hizo Cristo. Para lograrlo, llena tu mente y tu corazón con la Palabra de Dios, y que Cristo sea realmente quien reine en tu vida.
Salmos 119:9-10
9 ¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra.
10 Yo te busco con todo el corazón; no dejes que me desvíe de tus mandamientos.
11 En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.
Un abrazo a todos
Rubén.
Pero que pasa si pedimos perdon y nuevamente tropezamos en el mismo pecado, lo que hicimos no seria un verdadero arrepentimiento, tambien surgen varios factores porque el arrepentimiento va con el cambio para no hacer lo que antes hicimos!
ResponderBorrarEl arrepentimiento real sólo es posible con la ayuda de Dios. La comunión con Dios, mediante la oración y la Palabra de Dios, fortalece el nuevo hombre y con la ayuda del Espíritu Santo el hijo de Dios deja el pecado.
ResponderBorrarPero, si alguien no puede librarse de un pecado considere ante Dios su salvación, tal vez no haya experimentado el nuevo nacimiento puesto que el hijo de Dios no practica el pecado (no hace del pecado un estilo de vida).