Hola amigos
El capítulo 4 de Génesis nos narra la conocida historia de los hermanos Caín y Abel. Caín, un agricultor, presentó a Dios lo mejor de sus productos, pero fue rechazado por Dios. Abel, ganadero, sacrificó al Señor la mejor de sus ovejas y recibió la aprobación divina. La razón de su aceptación es obvia: Abel actuó en justicia, es decir, según lo establecido por Dios. Caín, al contrario, no se conformó al mandato del Señor e hizo las cosas según su pensamiento.
Hebreos 11:4 Abel confió en Dios, y por eso le ofreció un sacrificio mejor que el de Caín. Por eso Dios consideró que Abel era justo, y aceptó sus ofrendas. Y aunque Abel ya está muerto, todavía podemos aprender mucho de la confianza que él tuvo en Dios.
Al igual que Caín, muchos de los que nos consideramos 'cristianos', tenemos una devoción a Dios según nuestro criterio. Creamos así un cristianismo a nuestra medida, basado en nuestra opinión y no en lo que Dios dice en su Palabra, la Biblia. Nos tratamos de convencer que para Dios lo más importante es la 'sinceridad'. Esta forma de pensar y actuar es mala ante los ojos de Dios. Si intentamos seguir al Señor según nuestro razonamiento, estaremos en el camino de Caín, siendo la consecuencia inevitable el rechazo por parte de Dios.
1 Juan 3:12 No seamos como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Pues porque los hechos de Caín eran malos, y los de su hermano, buenos.
Judas 1:11 ¡Ay de ellos!, porque han seguido el ejemplo de Caín...
Si decimos que somos cristianos, entonces debemos hacer las cosas según lo que Dios dice en su Palabra. Así, en primer lugar, todo hombre debe acercarse a Dios en busca de salvación a través del sacrificio de Cristo en la cruz, el único que murió y resucitó por nuestros pecados.
Hechos 4:12 Sólo Jesús tiene poder para salvar. Sólo él fue enviado por Dios, y en este mundo sólo él tiene poder para salvarnos.
1 Timoteo 2:5 Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
Tal vez como hijos de Dios hemos estado sirviéndole según nuestros pensamientos. En nuestras mentes creemos que hemos realizado grandes acciones para Dios, pero preguntémonos: ¿fue Dios quien realmente nos llevó a hacerlas? A Dios no lo asombraremos con nuestras 'proezas', Él mira nuestros corazones. Si no hemos sido guiados por el Espíritu de Dios, hemos estando actuando en nuestra naturaleza pecaminosa. Si actuamos según esta vieja naturaleza jamás agradaremos a Dios, pero si somos guiados por el Espíritu estaremos siguiendo el camino que Jesús trazó para nuestras vidas.
Romanos 8:7-8
7 La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo.
8 Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios.
Gálatas 5:22-23
22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.
El Espíritu de Dios producirá amor a Dios que nos llevará a ser humildes, mansos y obedientes al Señor. En este amor nos daremos cuenta que nada podemos hacer separados de Él, y que todo lo que hagamos lo debemos hacer bajo la dirección de Dios, siguiendo el ejemplo que nos dejó nuestro Señor Cristo Jesús.
Juan 15:4-5
4 Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes. Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a mí.
5 Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada.
Colosenses 3:17 Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.
Un abrazo a todos.
Rubén
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