miércoles, 22 de abril de 2009

LAMEC EL BÍGAMO

Hola amigos

El matrimonio es actualmente, en nuestra sociedad, cada vez más frágil. Pero esta no es la voluntad de Dios para la unión de amor, entre un hombre y una mujer, que Él mismo estableció en el Edén. El Señor resolvió la soledad de Adán al entregarle una mujer que procedía de su mismo cuerpo.

Génesis 2:22-24
22
De esa costilla Dios el Señor hizo una mujer, y se la presentó al hombre,
23 el cual, al verla, dijo: '¡Esta sí que es de mi propia carne y de mis propios huesos! Se va a llamar 'mujer', porque Dios la sacó del hombre.'
24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegan a ser como una sola persona.

Pero, luego de la desobediencia del hombre, sus descendientes emprendieron un camino de degradación y sus actos mostraban una maldad en aumento. Algunas generaciones después de Adán, encontramos a un Lamec, que en su soberbia y rebeldía, transgredió lo instituido por Dios.

Génesis 4:19 Y tomó para sí Lamec dos mujeres: el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra Zila.

Este fue el comienzo de los males para el matrimonio, el resto sería sólo cuestión de tiempo. A Lamec no le importó la voluntad de Dios e hizo lo que bien le parecía y quiso así satisfacer sus deseos. De esta manera cómo despreció al Señor. Este es el actuar de una persona que obedece los deseos de su naturaleza pecaminosa, la cual no quiere ni puede obedecer a Dios.

Romanos 8:7-8
7
Los que se preocupan por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil son enemigos de Dios, porque ni quieren ni pueden someterse a su ley.
8 Por eso, los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil no pueden agradar a Dios.

Jesucristo, con su muerte y resurrección puede limpiarnos y renovar nuestro ser, si nos acercamos a Él en fe y arrepentimiento. Dios nos dará una nueva vida de amistad con Él y podremos obedecerle como resultado de nuestra unión a Cristo.

Juan 6:40 Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que reconozca al Hijo y crea en él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.

Apocalipsis 1:5... Por medio de la muerte de Jesucristo, Dios nos ha perdonado nuestros pecados.

Los hijos de Dios, tenemos al Espíritu de Cristo habitando en nuestro ser. No tenemos por qué seguir los deseos de la naturaleza pecaminosa, podemos obedecer al Espíritu que nos llevará a una relación de amor con nuestro Padre Dios.

Romanos 8:9 Pero, si el Espíritu de Dios vive en ustedes, ya no tienen que seguir sus malos deseos, sino obedecer al Espíritu de Dios. El que no tiene al Espíritu de Cristo, no es de Cristo.

Romanos 8:14 Todos los que viven en obediencia al Espíritu de Dios, son hijos de Dios.

Dios nos muestra en su Palabra, la Biblia, su voluntad para toda las áreas de la vida: personal, familiar, social, laboral, etc. No tenemos que seguir el ejemplo de Lamec, en Cristo podemos encontrar la plenitud de la vida que Dios ha trazado para nosotros.

Juan 10:10-11
10
El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.

Un abrazo a todos
Rubén.

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