martes, 12 de enero de 2010

LA SOLUCIÓN AL ESTRÉS


Hola amigos

El estrés es una palabra que cada vez más forma parte de nuestro vocabulario. Vivimos en una sociedad estresante: el exceso de trabajo, las cuentas por pagar, la lucha por alcanzar un mejor status, los problemas familiares, los exámenes, el tránsito, la disconformidad con nuestra apariencia física, etc. La lista sería interminable. Todos somos vulnerables. No importa la edad, sexo, edad, raza, condición económica o creencia religiosa. El estrés es todo un problema para muchos y una fuente de lucro para algunos: psicólogos, autores de libros de autoayuda, astrólogos, esotéricos, chamanes, charlatanes, etc.

¿Habrá alguna solución? Por supuesto: Jesucristo. Él hace una invitación:

Mateo 11:28 Venid a mí todos vosotros que están cansados y agobiados, y yo os daré descanso.

Él quiere involucrarse en el problema humano. Se conmueve de nuestra situación al vernos desorientados, abrumados, y llenos de ansiedad. Ofrece algo al hombre que este no puede obtener: la paz.

Juan 14:27 La paz os dejo; mi paz os doy. Yo no os la doy como la da el mundo. No os angustiéis ni os acobardéis.

La soluciones que este mundo ofrece incluyen unas vacaciones, fiestas, distraccíones, el cine, las drogas, el sexo, etc. Pero todas ellas serán meros paliativos para nuestra situación. Jesús, el ignorado y menospreciado por la sabiduría humana, es el único que puede ayudarnos.

Hechos 4:11-12
11 Jesucristo es "la piedra que desechasteis vosotros los constructores, y que ha llegado a ser la piedra angular".
12 De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.


¿Qué hacer? Jesucristo, luego de su oferta dijo:

Mateo 11:29-30
29 Cargad con mi yugo y aprended de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestra alma.
30 Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.

Su yugo es una vida de amor. Una vida de amor y servicio a Dios y a nuestro prójimo. Pero, no se puede dar lo que no se tiene. Debemos recibir el amor de Dios en nuestra vida para poder darlo. Dejemos de luchar solos en esta vida. Pidamos perdón a Dios por una existencia de egoísmo, alejados de Él y acerquémonos a Jesucristo, quien murió y resucitó para amistarnos con el Padre Celestial.

Hechos 3:19-20
19 Por tanto, para que sean borrados vuestros pecados, arrepentíos y volvéos a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor,
20 enviándoos el Mesías que ya había sido preparado para vosotros, el cual es Jesús.

Juan 6:37 Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.

Luego, vivamos cada día su mano. Aprendiendo de él la humildad y la mansedumbre. Llenos de su Palabra y en obediencia. Es así como encontraremos la perfecta paz, que sólo da Dios. Sin que importe las circunstancias que nos rodeen. Viviremos en confianza y en amor, sabiendo que el Dios Todopoderoso está nuestro lado y que Él puede más que cualquier problema.

Isaías 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado.

Filipenses 4:6-7
6 Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.


No tenemos por qué seguir intentando con alternativas inútiles. Jesucristo ofrece la salida hoy.

2 Corintios 6:2 Porque él dice:"Én el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé.» Os digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!

Un abrazo a todos.
Rubén.