lunes, 4 de mayo de 2009

¿PARE DE SUFRIR?

Hola amigos

Cuando pasamos una dificultad o crisis en la vida, la reacción natural es que deseamos que ésta desaparezca prontamente. Oramos a Dios para que nos quite esa carga y aún pedimos a los demás para que nos ayuden orando al Señor y que esta dificultad pase. De esta manera no reconocemos los propósitos que Dios tiene con estas situaciones. Santiago, al respecto, hace una exhortación osada:
Santiago 1:2 Hermanos en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de dificultades.
Pero ¿cómo gozarnos en circunstancias que normalmente nos traen sufrimiento? En primer lugar, debemos entender que Dios está obrando en nosotros: quiere que nuestra fe sea fortalecida.
Santiago 1:3 Pues ya saben que cuando su fe es puesta a prueba, ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento.
Cuando todo está a nuestro favor es muy fácil ser cristiano. Pero, esta fe debe ser probada con las dificultades y sólo así podrá madurar.
Santiago 1:4 Pero procuren que esa fortaleza los lleve a la perfección, a la madurez plena, sin que les falte nada.
¿No hay otra manera? Aún Jesús, antes de sacrificar su vida en rescate por la humanidad, oró al Padre preguntando por alguna otra manera de hacerlo.
Mateo 26:39 Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»
Al final, reconoció que esa era la única forma y obedeció a su Padre. Jesús, el Hijo de Dios, también tuvo que aprender a obedecer y a soportar las pruebas, por más duras que éstas fueran. Tuvo que ser perfeccionado, y nosotros también necesitamos serlo.
Hebreos 5:8-9
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Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer;
9 y consumada su perfección, llegó a ser autor de salvación eterna para todos los que le obedecen
El camino de la obediencia no es nada fácil. Sin la ayuda del Espíritu Santo es imposible. Sólo los que se han arrepentido de sus pecados y han reconocido a Cristo como Señor y Salvador pueden entenderlo. El gozo en la dificultad no está en la situación, sino en reconocer que Dios te está tratando con amor.
Hebreos 12:5-6
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Y ya habéis olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se os dirige:«Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda,
6 porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.»
Es en la dificultad que más nos acercamos a Él, que somos más humildes y podemos disfrutar de su consuelo. Pasada la prueba veremos el resultado: nuestro nuevo hombre más fortalecido, nos parecemos más a Jesús.
Hebreos 12:11 Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.
Cuando comprendemos más estas grandes verdades, podremos gozarnos en las dificultades. Sabremos que Dios nos está tratando como amor, que quiere fortalecernos y que seamos a su vez bendición para otros. Encontraremos así, gozo y paz en el Señor.
Filipenses 4:4-7
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Alegraos siempre en el Señor. Insisto: ¡Alegraos!
5 Que vuestra amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca.
6 No os inquietéis por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presentad vuestras peticiones a Dios y dadle gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Esto es incomprensible para la mente natural. Sólo Dios nos puede ayudar con su sabiduría que trasciende más allá de la razón humana.
Santiago 1:5-6
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Si a alguno de vosotros le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.
6 Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.
Que la siguiente prueba que nos venga, y que ciertamente vendrá, no nos sorprenda y podamos salir fortalecidos en el Señor conforme a su voluntad y con gozo al entender su gran amor por nosotros. Tal como Pablo, quien luego de ser apedreado en Listra, consolaba a los hermanos y les animaba a seguir adelante.
Hechos 14:22 fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios», les decían.
Un abrazo a todos.
Rubén.

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