En 1963, en el discurso conocido como "Yo tengo un sueño", el líder negro Martin Luther King manifiesta su esperanza de forjar una sociedad justa y equitativa para todas las personas, una nación en la cual el valor de una persona no esté en el color de su piel sino en su carácter. La población negra había sido declarada libre hacía ya muchos años, pero todavía eran oprimidos por la discriminación y los prejuicios raciales.
Cierta vez, Jesús hizo un ofrecimiento de libertad a un grupo de judíos.
Juan 8:31-32
31 Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él: –Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra, serán de veras mis discípulos;
32 conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
Ellos argumentaron con Jesús diciendo que no eran esclavos en ninguna manera. Pero su ceguera espiritual les impedía darse cuenta que eran esclavos del pecado y que nada podían hacer por ellos mismos para liberarse.
Juan 8:34 —Ciertamente os aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —respondió Jesús—.
¿Cómo se obtiene la libertad? Conociendo la verdad. Conociendo a Cristo, Dios hecho hombre. Quien murió y resucitó para librarnos del pecado. La Biblia enfrenta al hombre con su pecado y el Espíritu Santo convence a esta persona que necesita la salvación que Cristo ofrece.
Juan 16:8 Y cuando él (el Espíritu Santo) venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio
El hombre ve su condición miserable ante Dios y clama por perdón ante la cruz de Cristo. Dios escucha su oración y envía su Espíritu, quien hace nacer vida espiritual en esa persona. Se convierte así en un hijo de Dios.
Juan 1:12-13
12 Mas a cuantos lo recibieron (a Jesucristo), a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.
13 Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.
Ahora el hijo de Dios puede vivir en libertad. ¿Cómo? Perseverando en la Palabra de Dios. De esta manera se convertirá en un verdadero discípulo de Jesús. Creceremos en esa verdad y podremos disfrutar de la vida que Dios nos da.
LA PALABRA DE DIOS TRANSFORMA NUESTRA VIDA
La Palabra de Dios cambia completamente nuestra vida. Nos trae a la realidad de Dios. Entendemos la vida y la existencia tal como es. Nuestros pensamientos son cambiados y podemos vivir la vida que a Dios le agrada, en armonía con nuestro Padre. Nos enseña quiénes somos realmente, en Cristo.
Salmos 19:7-10
7 La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida. El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo.
8 Los preceptos del Señor son justos, porque traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es puro y llena los ojos de luz.
9 El temor del Señor es limpio y permanece para siempre. Los decretos del Señor son verdaderos, todos ellos son justos,
10 ¡son de más valor que el oro fino!, ¡son más dulces que la miel del panal!
LA PALABRA DE DIOS NOS CORRIGE
La Biblia nos encara con nuestros errores. Aún con aquellos que están escondidos en la profundidad de nuestro corazones.
Salmos 19:12 ¿Quién se da cuenta de sus propios errores? ¡Perdona, Señor, mis faltas ocultas!
2 Timoteo 3:16-17
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia,
17 a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.
LA PALABRA DE DIOS SANTIFICA
La verdad de la Palabra de Dios nos aleja más del pecado. El Espíritu Santo produce santidad en aquellos que creen, atesoran y obedecen la Palabra de Dios. De este modo, el discípulo será más como su maestro, Jesús.
Juan 17:17 Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.
Podríamos continuar con todas las cosas que Dios hace con nosotros a través de su Palabra, pero quisiera sólo mencionar el punto clave: PERSEVERAR. Tus pensamientos, tus emociones y tu voluntad muchas veces van a estar en contraposición a lo que la Palabra de Dios expresa. Es entonces cuando entra en acción la FE para creer y obedecer al Señor más allá de lo que nuestra naturaleza humana nos diga. El Espíritu Santo, que habita en todo hijo de Dios, te dará el esfuerzo para persistir en la fe.
Isaías 40:29-31
29 Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil.
30 Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen;
31 pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Hagamos a un lado el desánimo y persistamos en obedecer la enseñanza que recibimos de nuestro maestro, Jesucristo. Allí encontraremos la libertad gloriosa de los hijos de Dios, la cual anhela toda la creación.
Romanos 8:18-21
18 De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros.
19 La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios,
20 porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza
21 de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para alcanzar así la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Lucas 21:19 Si os mantenéis firmes, os salvaréis.
Un abrazo a todos.
Rubén.