miércoles, 18 de marzo de 2009

ENCONTRANDO NUESTRO RUMBO

Hola amigos

Muchas veces hemos tomado decisiones en nuestras vidas que parecían acertadas, hasta que luego nos dimos cuenta que estábamos completamente equivocados. Dice la Biblia:


Proverbios 14:12 Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte.

Si seguimos el pensamiento de este mundo sin Dios, nos estaremos alejando cada día más de Él. En esto consiste la muerte. Esta ha sido la experiencia del hombre a través de la historia. El ser humano ha progresado en conocimiento y tecnología pero no ha mejorado interiormente. No es de extrañar entonces el aumento de la maldad que vemos en nuestra sociedad. El hombre tiene que encontrar su verdadero rumbo, el verdadero camino: Jesús.

Juan 14:6 --Yo soy el camino, la verdad y la vida --le contestó Jesús--. Nadie llega al Padre sino por mí.

¿Quieres seguir tu camino de vacío, frustración y fracaso? Sólo Jesús, quien murió en la cruz para darte salvación, puede dar pleno sentido a tu vida.

Juan 10:10 El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Acércate a Cristo y pídele que te perdone, recibirás una nueva vida. Si ya has entregado tu vida a Cristo y no estás disfrutando de esa vida abundante, considera la posibilidad de que estés siguiendo lo establecido por el mundo en lugar de lo que Dios establece. El pensamiento mundano es contrario a lo que Dios quiere. No te dejes seducir, eso sólo te traerá muerte. Acércate a Jesús y su Palabra, la Biblia, para que encuentres el verdadero rumbo que Dios quiere para tu vida.

1Juan 2:15-17
17
No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no ama al Padre;
16 porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y el orgullo de las riquezas.
17 Pero el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre.


Un abrazo a todos
Rubén.

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