jueves, 25 de junio de 2009

LA ARMONÍA EN EL CUERPO DE CRISTO

Hola amigos

La palabra armonía, en cuanto a su significado musical, se refiere a la combinación simultánea de varias melodías. Esto es evidente, por ejemplo, en un cuarteto vocal. Pero, es mucho más elaborado en una sinfonía. Hubo grandes genios musicales, como Johann Sebastian Bach, que la usaron magistralmente produciendo así verdaderas obras de arte. Este mismo Bach es quien dijo alguna vez «El único propósito y razón final de toda la música debería ser la gloria de Dios y el alivio del espíritu».

La armonía también es bella, cuando es la forma de vida del pueblo de Dios. Es decir, cuando hay amor, amistad, respeto, la concordia, la solidaridad y demás cosas parecidas entre cada uno de los miembros de la familia del Señor.

Salmos 133:1 ¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!

Jesús dijo que el amor sería la marca característica entre sus discípulos. La gente los reconocería al ver el amor entre ellos.

Juan 13:34-35
34 Este mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Así como yo os he amado, también vosotros debéis amaros unos a otros.
35 De este modo todos sabrán que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros.


Pero, el verdadero amor (el de Dios) no es algo natural en el ser humano. El hombre debe recibir el amor de Dios en su vida para poder compartirlo. El amor de Dios se manifestó en la cruz, cuando Jesucristo murió por nuestros pecados. Para rescatarnos de la condenación a causa del pecado. Si confiamos plenamente en su obra en la cruz y pedimos perdón al Señor, recibiremos una nueva vida espiritual y podremos amar a Dios y a nuestros hermanos. Los hijos de Dios viven en armonía cuando se aman con el amor que Dios ha puesto en sus corazones.

1 Juan 5:1-2
1 Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios, y todo el que ama al Padre, ama también a sus hijos.
2 Así, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, sabemos que amamos a los hijos de Dios.


La armonía también la vemos en el cuerpo humano. Cada órgano tiene funciones diferentes, pero todos son necesarios y juntos colaboran en el correcto funcionamiento de todo el ser. Así también en la Iglesia, el cuerpo de Cristo, cada miembro en particular tiene un don especial y una función que cumplir. Si eres un hijo de Dios, renacido por su amor y gracia, el Espíritu Santo te ha dado un don para cumplir una tarea muy especial.

Efesios 4:7-8
7 Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado gracia en la medida en que Cristo ha repartido los dones.
8 Por esto dice: «Cuando ascendió a lo alto, se llevó consigo a los cautivos y dio dones a los hombres.»

Cada don y habilidad debe ser dedicado a Dios y utilizado para la edificación de los hermanos. Es decir, para que juntos lleguemos a la madurez espiritual. Hasta llegar a ser como nuestro maestro, Jesús. Semejantes en su obediencia, amor, bondad y misericordia.

Efesios 4:15 Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.

Pero, ¿qué puede oponerse a esta vida de amor y armonía entre los hijos de Dios? Todas las manifestaciones de una vida en la naturaleza carnal, pero en especial el egoísmo. El amor me lleva a sacrificarme por Dios y mis hermanos, el egoísmo hace que me concentre en mi mismo. Así también es más fácil que llegue la indiferencia, el desprecio, el odio, los celos y el rencor. El obedecer a Dios y la edificación espiritual de mis hermanos serán anhelos lejanos y muy secundarios en mi escala de vida egocéntrica.

Romanos 14:7-8
7 Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni tampoco muere para sí.
8 Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.

1 Juan 3:16 En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.

¿Qué hacer? Debemos vivir en comunión con el Señor. Esto es, invertir tiempo en la oración e ir a la Biblia buscando escuchar la voz de Dios. Entregar nuestra vida completamente a Dios y anhelar obedecerle con todo el corazón. Así, el Espíritu Santo obrará en nuestro espíritu y creceremos cada día en semejanza a Cristo. Podremos vivir en el amor con Dios y nuestros hermanos.

1 Corintios 6:17 Pero el que se une al Señor se hace uno con él en espíritu.

¿Qué más podemos hacer? Aquí algunas cosas que podemos hacer todos los cristianos.

HABLA CONFORME A LA PALABRA DE DIOS

Que nuestras conversaciones no sean de cosas vanas. Dejemos atrás las críticas, los chismes y las murmuraciones. Hablemos a nuestros hermanos lo que Dios dice en su palabra. Enseñemos todo aquello que aprendemos del Señor. Si alguien está desalentado, animémosle con versos de la Biblia. Si alguien está en falta, restaurémosle con bondad como Dios nos lo enseña en las Escrituras.

Colosenses 3:16 Que habite en vosotros la palabra de Cristo con toda su riqueza: instruíos y aconsejaos unos a otros con toda sabiduría; cantad salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.

OREMOS LOS UNOS POR LOS OTROS
Pidamos a Dios por nuestros hermanos, para que la obra del Señor se perfeccione en cada uno de nosotros. Para que, aún en medio de pruebas, sigamos en la madurez de nuestra fe.

Efesios 6:18 Orad en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manteneos alerta y perseverad en oración por todos los santos.

USA TU DON PARA LA EDIFICACIÓN DE TUS HERMANOS
Todas lo que hagas en el Señor no es inútil. En tu casa, la Iglesia, tu trabajo, usa tus habilidades y dones para que las personas conozcan a Cristo y para que tus hermanos se parezcan más a su maestro, Jesús.

1 Pedro 4:10 Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas.

SÉ UN EJEMPLO PARA LOS DEMÁS
Es tiempo de dejar la inmadurez espiritual y avanzar más en este camino que tenemos por delante. Sólo así podremos ser siervos fieles y útiles en la casa del Señor.

1 Timoteo 4:12-13
12 Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza.
13 En tanto que llego, dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos.
14 Ejercita el don que recibiste mediante profecía, cuando los ancianos te impusieron las manos.

Sigamos el amor con Dios y nuestros hermanos, y que la armonía entre los hijos de Dios sea como una bella obra musical a los oídos de nuestro Padre Dios.

Un abrazo a todos.
Rubén.

LOS KING'S SINGERS: ARMONÍA VOCAL

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