Nadie puede negar que el hábito de la lectura trae muchos beneficios: perfección del lenguaje, ampliación del conocimiento, etc. Tampoco se puede negar que, en general, con el paso del tiempo las personas leen menos. Pero, en la década de los 90, cuando el hábito de la lectura continuaba en un claro y hasta entonces inevitable descenso, apareció un libro que cambió completamente el escenario: “Harry Potter y la piedra filosofal” de la autora escocesa J.K. Rowling. Se rompieron en poco tiempo records de ventas y cada vez más crecía la expectativa por los demás libros de la saga. Algo similar sucedió en los 2000, aunque en menor grado, con la saga “Crepúsculo” de la autora estadounidense Stephanie Morgan. Esto nos indica que las personas leen solamente lo que les interesa. Y no siempre lo que necesitan.
La lectura es beneficiosa, pero sólo de unos cuantos libros podemos decir que nos ayudan a crecer como personas. Podemos encontrar a personas muy leídas e instruidas pero que son igual de egoístas y envidiosas como cualquiera. En todo caso su educación les ayuda a enmascarar su malicia.
La erudición humana es la expresión de una mente contaminada por el pecado. Nada bueno podemos encontrar de ella. Es meramente intelectualismo.
Santiago 3:15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.
La sabiduría de Dios no solamente trabaja en el intelecto sino en la totalidad del ser. No hace a la persona una máquina llena de datos, sino que busca transformar los pensamientos, los sentimientos y las intenciones de la persona conforme a la imagen de Dios.
Santiago 3:17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
La sabiduría de Dios está en su Palabra: la Biblia. Ella puede cambiarnos.
Salmos 19:7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
La Palabra de Dios hace que nos alejemos más del pecado para así acercarnos a Dios.
Juan 17:17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
La Palabra de Dios, nos presenta a Jesucristo. El único mediante el cual podemos reconciliarnos con Dios Padre.
Juan 5:39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
Jesucristo vino a rescatarnos de nuestra maldad. Nadie más lo puede hacer. Él pago en la cruz el precio de nuestro pecado y nos reconcilió con Dios.
Isaías 53:4 Y sin embargo él estaba cargado con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado.
1 Timoteo 2:5 Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús.
¿Cómo alcanzar esta salvación? Cree en Jesús. Él vino a salvar lo que se había perdido: nosotros. Vino a dar su vida en rescate por muchos: los que creen. Vino a dar una vida de comunión con el Padre a todos los que le siguen.
Juan 6:40 Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Deja tu vida de egoísmo y sigue a Jesús. Recibirás la única vida que es de verdad: una existencia eterna de compañerismo con Dios.
Hechos 3:19 Por eso, vuélvanse ustedes a Dios y conviértanse, para que él les borre sus pecados y el Señor les mande tiempos de alivio, enviándoles a Jesús, a quien desde el principio había escogido como Mesías para ustedes.
Si esto ya es una realidad para ti, continúa leyendo y meditando en la Biblia. Así conocerás más a tu Dios y podrás amarle más y servirle mejor.
2 Timoteo 3:16-17
16 Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, rebatir, corregir y guiar en el bien. 17 Así el hombre de Dios se hace un experto y queda preparado para todo trabajo bueno.
La Biblia no es sólo un libro. Es el mensaje de salvación de Dios para ti. Ningún otro libro ni toda la sabiduría humana tiene esto. Pueden haber muchos libros buenos, pero sólo la Biblia puede llevarte a la salvación a través de Jesucristo. ¿Seguirás buscando lo secundario en vez de lo principal?
Un abrazo a todos.
Rubén