miércoles, 3 de marzo de 2010

¿Y QUÉ DE LOS DESASTRES NATURALES?

Hola amigos

En lo que va del año ya hemos sido testigos dos grandes terremotos que han devastado ciudades y regiones enteras. Terribles acontecimientos que han dejado muchas pérdidas humanas y a familias enteras desamparadas. Es en este contexto que se levantan muchas voces que hablan de juicios divinos, quizás trayendo a la memoria a Sodoma y Gomorra, porque dicha ciudad, región o país estaba plagado de gente impía, abundaba la hechicería, o la prostitución y la homosexualidad u otras cosas parecidas. Pero, ¿es correcto este tipo de pensamiento?

Cierta vez unos hombres comentaron a Jesús que el procurador romano Poncio Pilato mandó a matar a un grupo de galileos. Y ¿qué dijo Jesús?

Lucas 13:2-3
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Jesús les respondió: ¿Pensáis que esos galileos, por haber sufrido así, eran más pecadores que todos los demás? 3 ¡Os digo que no! De la misma manera, todos vosotros pereceréis, a menos que os arrepintáis.


Eso no fue todo, también les hizo referencia a unas personas que habían muerto al caerles una parte de una torre.

Lucas 13:4-5
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¿O pensáis que aquellos dieciocho que fueron aplastados por la torre de Siloé eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? 5 ¡Os digo que no! De la misma manera, todos vosotros pereceréis, a menos que os arrepintáis.

No seamos ligeros para emitir un juicio. Todos moriremos algún día. Ya sea por una enfermedad, un accidente o un desastre natural. Y todos necesitamos arrepentirnos. Todos necesitamos de la salvación que Jesucristo ofrece. Ese fue su objetivo al morir en la cruz.

Romanos 5:7-8
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Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno.
8 Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

El llamado que Jesús trajo desde el principio es un llamado al arrepentimiento. De otro modo, el castigo eterno será inevitable. Cada día que pasa es una nueva oportunidad para ir a Dios y pedir perdón y que nos salve a través de Jesucristo.

Ezequiel 33:11 Diles: Tan cierto como que yo vivo afirma el Señor omnipotente, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?

Juan 3:16 Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Un abrazo a todos.
Rubén.